Infancia

Regálame 5 minutos, papá. ¿Qué ha pasado que no jugamos con nuestros hijos?

¡Qué son 5 minutos! ¡es muy poco! Eso sienten los más pequeños cuando imploran durante muchos años de su infancia el compartir momentos de juego con sus padres. Pero ¿qué es compartir momentos de juego con tus hijos? No todos estaremos de acuerdo con el mismo criterio. Imagina por un instante, una alfombra del tamaño, forma y color que más te guste y sitúala en el espacio de tu hogar donde te sientas más relajado y cómodo, te aseguro que en ella se forjarán las claves de una relación afectiva y sana con tus hijos, estarás creando un espacio en el que coinciden el «niño» o la «niña» que llevas dentro con tu pequeño.

Muchos de ustedes me dirán, «ya paso momentos con mi hijo, no necesito esa alfombra«. A todos ellos me gustaría recordarles en esta tabla la «calidad emocional» del tiempo que pasamos con los más pequeños de la casa: 7:00-8:00 Levantarse, aseo, desayuno, uniforme y coger mochila. 8:00 -8:30 Trayecto del Colegio 8:45 – 17:00 Clases Lectivas 17:00 Recogida del Cole y traslado a Actividad Extraescolar 17:30 a 18:30 Actividad Extraescolar 18:30 Recogida de Actividad Extraescolar y traslado para casa 19:00-20:00 Sacar agenda, hacer tareas y trabajos. 20:00 a 21:00 Baño, cena y televisión. *Esto no quita que cada momento de los anteriores estamos junto a ellos, nos entreguemos a su desarrollo y bienestar. Has sido chófer, cocinero/a, profesor/a particular, profesional de la limpieza… pero, ¿cuánto tiempo has jugado con tu hijo? No has tenido 5 minutos para dejar tus responsabilidades como adulto y las suyas para que ambos compartan lazos, sonrisas, abrazos, cantos, locuras (ni tampoco diez minutos del día en el que tu móvil no esté junto a ti). Estos fugaces 5 minutos diarios provocarán que no seas recordado como un chófer o asistente, sino como una madre o un padre que «compartía» su tiempo y no un «lugar» con sus hijos. Con ello construirán los pilares con los que afianzar una relación de confianza, amor, mutuo respeto y grandes vínculos entre tu hijo y tú. Es más, puede ser que acabes jugando con tu hijo 10 minutos o toda la vida…

La diferencia entre los juguetes que ellos traen a la mesa para comer y tu móvil es que ellos juegan en el aquí y ahora, mientras tú eres un espectador. Sin embargo con tu móvil «no estás presente», puede que estés físicamente compartiendo un espacio, pero no un momento, pues estás en una conversación con otra persona o subiendo una foto a Facebook. Si ya con ese horario tan limitado que nos «hemos» y les «hemos» impuesto gastamos y desperdiciamos el tiempo con los pequeños de la casa, es aún peor cuando le añadimos la cantidad de distracciones que nos alejan de ellos, aún teniéndolos al lado (teléfonos, tablets, nervios, dinero, entre otros).

¡No lo dudes! vete a saltar a la alfombra, crea ese lugar en tu hogar donde compartan sin distracciones risas, alegrías, tristezas, penas… ese lugar sagrado en el que vas a construir sin nada material las bases del vínculo afectivo con tu hijo. Eres el responsable de darle valor al mismo y a su vez enseñar y transmitir este valor, que es la «educación» y «amor responsable», tan desfasado por el «amor asistencial y consumista» con el que educamos en miles de hogares actualmente. Pasarán los años, y te castigarás sin remedio, y sin ningún tipo de utilidad, por no haber aprovechado esos cientos de «5 minutos diarios» que desaprovechaste para ser el auténtico héroe de tus hijos.

¡Qué son 5 minutos! Aprovéchalos! Regálate a ti mismo el mejor momento con la mejor compañía: tus hijos.