La técnica del dibujo compartido para la resolución de conflictos.
Una tarde más en la convivencia de esta pareja de hermanos de 6 y 7 añitos, se da una nueva oportunidad de aprendizaje. Las relaciones de hermanos son un «caldo de cultivo» para el aprendizaje de muchísimas habilidades sociales y emocionales. Estas habilidades son de utilidad en el hogar y posteriormente se podrán extrapolar a otros contextos sociales y con otras personas.
En esta ocasión se habían faltado al respeto verbalmente, lo primero es ser conscientes como madres, padres y/o educadores/as de que el #Bullying empieza en casa. No es «cosa de niños y niñas» y si «de adultos/as» que las faltas de respeto se normalicen en las relaciones interpersonales.
La técnica que vamos a presentar en este post, se denomina «dibujo compartido», y su objetivo es que haya una reparación del daño entre niños y niñas. El motivo de utilizar la reparación del daño es que las palabras «perdón» y «disculpa» son abstractas y se han «sobreutilizado». Necesitamos que sean tangibles para que puedan tomar consciencia de las consecuencias de sus acciones y aumenten su empatía.
Consideramos que la reparación necesita de la interacción entre quienes han tenido un conflicto. Es por ello, que los sentaremos a realizar un trabajo en común. Dividiremos una hoja de papel en dos con una línea vertical, y sentados les daremos las siguientes consignas:
1- Vais a realizar cada uno/a un dibujo en el que aparezca el/la otro/a.
2- En ese dibujo estaréis como sería ideal para ti. Por ejemplo: jugando…
3- Añadirás al menos 3 cosas que valoras de la otra persona. Por ejemplo: amabilidad, sonrisa…
Tras elaborar ambos/as el dibujo, se les pedirá que expliquen lo que han dibujado y por qué valoran esas cosas.
Este es un sencillo ejemplo de como podemos hacer «vivencial» la reparación del daño en la infancia. Es clave para un desarrollo moral y afectivo que preparemos a nuestros hijos e hijas en tareas de este tipo.
Te recomendamos que mires el siguiente experimento social sobre el «perdón».
El ejemplo que hemos dado lo podrás utilizar con niños y niñas a partir de los 5 años. Utiliza tu ingenio y creatividad para buscar esa «experiencia reparadora» teniendo en cuenta las potencialidades de tu hijo/a.