Adolescencia,  Infancia

¿Qué hace esta niña de 6 años tras insultar a una compañera?

INSULTOS Y BULLYING EN LA PRIMERA INFANCIA

Era una nueva y diferente tarde, pues cada día con tus hijos e hijas es un auténtico descubrimiento y vivencia, tanto para ellos mismos como para ti (padre o madre). Tras un día de clases, la más pequeña de la casa (6 añitos)  traía una anotación de la profesora en la agenda por un insulto:

«Una llamada de atención por haber insultado y faltado el respeto a una compañera de su clase«

Desde casa tenemos claro que esa frase típica «son cosas de niños», no es útil y además imposibilita a los más pequeños a desarrollar sus habilidades sociales y emocionales. Por ello, abordamos con ella desde la tranquilidad que había ocurrido, para ello tenemos varias pautas muy sencillas:

  1. Jamás está justificado el agredir física o verbalmente (insultos) a nadie.
  2. Siempre debemos reparar el daño que le hayamos hecho a la otra persona.

A partir de aquí, la pequeña intentaba justificar en la otra niña el hecho de hacerle daño, y debimos reconducirla hacia la identificación de emociones que experimentó su compañera al escuchar sus insultos. La empatía es una llave que abre nuestros corazones hacia los demás. Esto hizo que poco a poco identificara la  tristeza como consecuencia de los insultos que dijo.
A la hora de buscar una forma de reparar el daño con su compañera, seguimos la premisa que «el daño se repara con afecto». Una de las actividades que más le gusta a mi hija es pintar, así que aprovechando ese interés nos proponemos a realizarle un dibujo y escribirle una carta de disculpas, en la que se incluye 3 aspectos positivos de su persona.
La estructura de la carta era la siguiente:

  1. IDENTIFICAR EMOCIONES EN LA OTRA PERSONA
  2. PEDIR PERDÓN
  3. DECIR 3 COSAS POSITIVAS DE LA PERSONA A LA QUE HEMOS HECHO DAÑO

Y este es el resultado final, con mucho cariño y esfuerzo para poder llevarla al cole para su compañera.

Dejar pasar por alto este tipo de situaciones, es desaprovechar la oportunidad de que nuestros hijos aprendan y entrenen sus habilidades emocionales. Imagino como un niño o niña de 6 años llega a su casa llorando porque un compañero le ha insultado en el recreo, y esa noche va a su cama recordando palabras negativas que escuchó de sus iguales. Esto es muy triste, y de no repararlo (tantas veces sea necesario) estaremos dando vía libre al Bullying en nuestros hogares.
Este tipo de acciones las podremos entrenar desde casa inclusive entre nosotros mismos, pues como siempre recordamos el modelaje. Es el espejo que proyecta en nuestros hijos como somos nosotros en muchas situaciones de la vida diaria.
Sigamos desde los hogares aportando nuestro granito de arena por un mundo mejor.