Laberinto de la vida. ¿Has aprendido a creer en ti mismo?
En el laberinto de la vida solo quedan huellas de cada paso caminado, sin poder cambiar ningún acontecimiento vivido, reconociendo únicamente esos momentos por las heridas y alegrías que han quedado en nosotros por el camino, ambas dejando una gran «huella» emocional en ti.
Comienzas el recorrido aprendiendo que el mayor acertijo es convivir contigo mismo intentando alcanzar la felicidad, llegando al final, «saliendo» de los entresijos y caminos sin salida que hay en tu laberinto. Sin embargo, con el tiempo aprendes que hay muchísimas «migas» de felicidad durante el recorrido y es mejor ir recopilando cada una de ellas para que vivas feliz el presente que esperar a recogerlas todas juntas al final.
Al igual que sólo tenemos una vida, hay un laberinto para cada uno de nosotros, por lo que, a pesar de que coincidas con una o varias personas en algunos tramos del mismo, «nadie» te va a coger de la mano para guiarte por el mismo. Debes seguir tu «instinto».
Muchos de nosotros vivimos atrapados en un «camino de espejos» que nos impide avanzar y es que proyectamos en el futuro lo que es necesario «hacer» para ser felices en el presente. La analogía a esto sería: ir caminando calculando dónde pondrás los pies mañana, para no caerte hoy. Inevitablemente te enfangarás y caerás, pues para saber dónde pisar hoy, sólo existe un momento, «ahora».
En tu «trayecto de ida», aclaro que al quitar la letra «v» a vida, es lo que nos queda, solo podemos ir hacia delante en el tiempo, y una vida que vivir. Si buscas cambios en este trayecto de «ida», para sentirte mejor en algunos de los pasadizos de tu laberinto: «amor», «trabajo», «creencias», los pasos que deben guiarte, son los del presente, en ellos encontrarás la dirección que te dirige a tus sueños. Los sueños son esos hilos imaginarios que acaricias para sacar lo mejor de ti para que, agarrado a ellos, puedas avanzar con la única seguridad de creer en ti mismo y tus posibilidades.
Recuerda que si los laberintos buscan confundirte utilizando encrucijadas; en la vida, lo que nos confunde continuamente son nuestros pensamientos y emociones negativas.
Cree y confía en ti, tu laberinto, «lo has creado tú».
Me gustaría finalizar esta reflexión, con uno de tantos grandes pensamientos de Osho, «cuanto más oscura es la noche, más brillantes son las estrellas».