La paradoja del TIEMPO
Vivimos sobre un libro lleno de páginas en blanco, en las que bailan los versos desordenados de la vida. Con estos versos convivimos a destiempo, pues con el anhelo de lo vivido, o con la intriga de lo que llegará, nos cuesta disfrutar de la realidad (presente). Hemos creído y sobrevalorado al «TIEMPO», como algo capaz de movernos o cambiarnos, sin embargo, el verdadero valor del mismo, es la utilidad que hacemos de el, cambiando nosotros este se modifica, en su esencia el TIEMPO.
El TIEMPO «es inmóvil», quizás suena extraño, pero recuerda que es firme y constante, es tan rígido que siempre una hora tendrá 60 minutos, ni uno más, ni uno menos.
Muchas personas corren en todas las direcciones, sin llegar a «ningún sitio», otras sin embargo no saben regresar de «ningún sitio». La paradoja del tiempo, es creer que un minuto son 60 segundos, pues no habrá jamás 1 minuto igual a otro en tu vida, aunque duren lo mismo. Sin reglas que cuantifiquen, solo queda vivir en una palabra que no se corresponde a ninguna cantidad, y esa palabra hace referencia a un momento, «AHORA».
Aprendiendo que las acciones son las que escriben los versos de tu vida, pues «abrazar no es lo mismo que un abrazo», «besar, que un beso», «vivir, que estar vivo». Debemos intentar navegar en el «DESTIEMPO», sin expectativas de lo que llegue en «un después o un mañana», agradeciendo la oportunidad que nos brinda cada instante de ser único, irreemplazable.