Sentir que la peor de tus pesadillas no fuese un sueño ni ficción, sino la más pura realidad y que esa realidad es tu vida, es lo más aterrador que pueda ocurrirte. Infinidad de personas viven muchísimos años perseguidos por sus temores y, aunque en ocasiones tarde, sienten que han vivido una vida equivocada que no querían.

Forzarte a ser alguien que no quieres por encajar en la expectativa de lo «que socialmente es aceptado«, cumplir con un plan idílico: «trabajo, coche y familia«, aunque ese plan traicione lo que realmente quieres, costando mantener ese estilo de vida, lo más valioso que tienes: tu tiempo. Esto hace que camines en la dirección contraria a tu esencia.

No tener la sensación de estar en sintonía entre lo que haces, piensas y sientes, va a ser la mayor causa de estrés que imagines y síntoma de que estás gastando tu energía en mantener una vida que no te hace feliz, en la que el poco tiempo que te queda después de una larguísima jornada de un trabajo que no te gusta lo usas para abrir una aplicación de red social en el móvil.

¿Es esta la vida que quieres? En el caso de tener hijos, ¿te gustaría que ellos llevaran esa misma vida en el futuro? Para colaborar con ellos, es necesario que tú seas el primer ejemplo y modelo en enseñarles un modo y estilo de vida emocionalmente sano. En el que la base del mismo son: el amor propio y la autoconfianza necesaria para atreverse a cumplir tus propias metas.

La vida es la oportunidad de estar vivos

Imagina metas, dibuja tu propio mapa de las estrellas y recrea tus propias constelaciones. Tu vida te pertenece y los límites en ella los has puesto tú mismo. Descubre el refugio de tus miedos, supéralos y podrás estar en la línea de salida de la carrera por tus sueños. Nunca serás lo suficiente viejo para dejar de hacerte algo que tantas veces te preguntabas de niño: ¿qué quiero ser de mayor?

Recuerda siempre esta cita de Carl Gustav Jung,