Fdo.: SSMM Los reyes magos. La Carta no vanidosa para estas Navidades.
Esta carta es para ti:
Para ti, que sabes que ya ha llegado la Navidad, por las largas colas que hay en los accesos a los Centros Comerciales donde vendemos y adquirimos los sueños e ilusiones de los más pequeños, los que aún creen en la «magia» de estas fechas, aunque sea bajo un manto de papeles de regalos y cinta adhesiva.
Este año, como otro, tú también formas parte de estas aglomeraciones, de este «corre corre», de la prisa, del inconformismo, serás un cordero más del rebaño, guiado por un perro (el consumismo) y un pastor (el dinero) en estas fiestas, bajo la influencia de los catálogos de juguetes y electrónica, junto a las copiosas comidas.
…en este «corre corre», en la prisa, en el inconformismo, serás un cordero más del rebaño, guiado por un perro y un pastor…
Son épocas del año donde es fácil vestirse de «solidario», es decir, sacar del armario lo que no te sirve, los juguetes rotos que tu hijo no usa y ponerlos en cajas paletizadas a las entradas de los Centros Comerciales. Buen trabajo, ya somos solidarios, ya puedes seguir llenando de ropa el armario y los cajones de tu hijo de juguetes. Este es el mantra que cada año te repites por estas fechas, «sé solidario para que tengas en qué gastar… sé solidario para que tengas en qué gastar…»
Esta carta es para ti, hombre o mujer, que olvidó cómo era su infancia humilde, que sentía esos nervios la noche anterior a nuestra llegada el día 6 de enero, coómo pasabas con ilusión esa tarde recogiendo comida para nuestros camellos y la colocabas junto a unas galletas y leche para que pudiéramos coger aliento y siguiéramos con nuestra labor mágica.
También olvidaste todo lo que te decían tus padres cada día antes de ir al colegio: «pásalo bien y sé bueno«. Eso significaba que en cada recreo compartías y jugabas con los demás, no hacían falta contenedores donde colocar ropa y juguetes usados, pues tus padres siempre guardaban tus ropas usadas en bolsas plásticas que pasaban de familia en familia, de casa en casa, en una época y comunidad en la que unos cuidaban de otros. SER solidario era un valor que se cultivaba en casa. La sociedad recogía sus frutos día tras día, no en la entrada de un Centro Comercial.
Esta carta es para ti, hombre o mujer, que sustituyó la intensidad de la ilusión de los momentos vividos y compartidos por cualquier objeto que viniese en una caja de regalo. Diste de lado el papel y libreta con el que esbozar los sueños de tu vida para vivir en un sueño consumista. Hoy en día te preguntan tus amigos y familiares, qué nos pides a nosotros, a los ReyMagos, y en las últimas conversaciones te hemos oído decirles cosas como: «no les pido nada, no necesito nada, tengo de todo, a mi edad ya no es lo mismo«.
Quiérete, ese es el mejor regalo.