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¿Nos perdonamos? Enseñando el valor moral del perdón
En ciertas ocasiones nos invaden la tristeza y la melancolía por experimentar que no conseguimos ayudar a nuestros hijos como nos gustaría. Depende del grado de exigencia de cada uno de nosotros, hasta dónde nos «castiguemos», por no llegar a ser la expectativa del modelo educativo que queremos. Contemplé cómo educaban a esta pareja de hermanos, bajo la premisa de saber pedir perdón. Esto consistía en que se dieran cuenta de que, con un gesto, una palabra o un golpe, hacen daño a otra persona, y lo que hay que hacer cuando esto sucede es «pedir perdón». Sin embargo, ocurre como cuando te subes al coche, que automatizas el movimiento de ponerte…