Infancia

¿Por qué has suspendido a mis padres?

Sin remedio alguno, allí estaba junto a Don Enrique, el tutor, exigiendo explicaciones a pesar de mi corta edad por el suspenso de algunas asignaturas este Trimestre.

«Mi único trabajo es estudiar», me dicen a diario papá y mamá, por eso no entiendo que pueda haber algo más importante para ellos que el educarme y formarme como persona… ¿Qué otras prioridades puede haber?

El boletín de notas me disgusta muchísimo, las calificaciones obtenidas por asignaturas son nefastas:

  • Ocio y Tiempo Libre junto a mí: Suspenso – El tiempo que mis padres me ponen una película, mientras ellos chatean con el móvil, «eso no es estar conmigo», como tampoco es ocuparse de mí llenarme todas las tardes con actividades extraescolares.
  • Aceptarme como hijo: Suspenso–  Cuando me recriminan mis bajas notas, comparándome con los hijos de sus amigos, además de que rechazan que haya conocimientos que me cuesten más adquirirlos y entrenarlos, por lo que culpan directamente a mis maestros, como si de existir un «fracaso», ellos fueran los responsables.
  • Alimentarme: Suspenso Que me permitan «decidir» qué comer y cuándo no es lo saludable, pues como no me gustan las verduras, siempre acaban dándome patatas fritas con salchichas, con tal de no escuchar mis pataletas. Si me hicieran partícipe de la preparación de la comida, mi disposición sería otra, hasta podría ser capaz, «no lo van a creer», de cultivar un pequeño huerto ecológico en casa para ser responsable de su cuidado (mejorando mi autoestima) y aprender a sentir satisfacción por realizar cosas que me suponen un esfuerzo y que me reponen la posibilidad de alimentarme de forma sana. Es, además, muchísima la comida que tiramos en casa. A veces hay más comida en la basura que en la nevera.
  • Valores: Suspenso – No presentadoLa más que me sorprende, con todo lo que ellos me exigen, y aún no han entendido que me transmiten a diario su forma de pensar, sentir y hacer. Ellos son mi fuente, para aprender valores tan necesarios como la amistad y honestidad (al ver cómo tratan a sus amigos cuando están delante de ellos, y como los critican por detrás); el valor de la humildad (cuando corren a hacer largas colas por la última versión de su teléfono móvil); y el más importante de ellos: el respeto. Percibo que en muchas ocasiones carecen del mismo, al ver cómo tratan a mis abuelos.

Le educación de los hijos es la única «formación vivencial» que dura 24 horas diarias, toda la vida, en ella los aprobados no recuperan lo fracasos, pues nuestros errores marcan a los pequeños, que observan y aprenden de nuestro modelo. Con frecuencia se escucha en la cultura popular que los hijos son el legado de sus padres, pero es todo lo contrario, los padres somos el legado de nuestros hijos, pues filtramos en ellos nuestro sistema de creencias y valores, siendo una carga para ellos durante su historia de vida.

Después de ver las notas que han sacado y con lo que he aprendido de ellos, creo que lo mejor es cambiarlos de colegio, porque, como siempre, la responsabilidad es de los profesores ¿No crees?

El modelo de familia actual provoca fracasos en exceso o los impide en su defecto pero, rara vez, les enseña que ellos son la solución a los obstáculos que encuentren, ¿qué les diremos?

Montessori escribió:
“Nunca hay que dejar que el niño se arriesgue a fracasar, hasta que tenga una oportunidad razonable de triunfar».